El principal dilema en el momento
de tomar una decisión de inversión, la cual puede ser ubicada en cualquier tipo
de situación cotidiana, desde la compra de una prenda de vestir hasta una
inversión en mercados de capitales, se asocia con el riesgo, es bien conocido
que a mayor riesgo mayor rendimiento, sin embargo existen parámetros que pueden
ser evaluados para establecer dicha esta relación de riesgo – rendimiento. Las
decisiones de riesgo se basan en la percepción y tolerancia al riesgo de cada
individuo y son tan personales como la misma forma de vestir.
De igual manera las organizaciones,
independientemente de su actividad, su lugar de procedencia o su estatus con
respecto a la competencia, toma decisiones con incertidumbre acerca de su
comportamiento en el futuro, ya que existen factores que no se pueden predecir
con exactitud, pudiendo enumerarse algunas tales como el comportamiento de las
ventas pronosticadas, aceptación de un nuevo producto por los consumidores,
cambios en las condiciones económicas y políticas de un país, entre otras.
Aún cuando dichas organizaciones,
desarrollan modelos estadísticos, con el objeto de pronosticar variables tanto
económicas, como políticas y sociales, se tiene la incapacidad de conocer de
manera certera los resultados en potencia.
ACTITUD FRENTE AL RIESGO
“Aversión al Riesgo”; término que
se conceptualiza como “La actitud hacia el riesgo en la que se exige un
rendimiento más alto por aceptar un riesgo mayor” . Lo que nos permite entender
que al aceptar inversiones riesgosas, se espera un rendimiento que justifique el
riesgo adicional que lleva implícito; es en este punto donde nos encontramos la
aversión al riesgo dentro del campo de las Finanzas
“Indiferencia al Riesgo” de un
administrador, propietario o inversionista se basa en que al aumentar el
riesgo, no es requerido ningún aumento en el rendimiento.
Y en el caso de la “Aceptación del
Riesgo”, en cuanto aumenta el nivel de riesgo se disminuye el nivel de
rendimiento esperado. Pero es notable que las empresas aceptarán los riesgos
hasta donde sus administradores se sientan tranquilos, en relación con el
rendimiento que se espera.